La imagen del policía, como agente que pretende guardar el orden en una comunidad, está tan deterioriada últimamente que quienes tienen la tarea de reclutar en Monterrey a los nuevos elementos para atender las necesidades del Estado tendrán un dolor de cabeza permanente.
En distintos foros, abiertos por usuarios de internet, se deja ver la total devaluación en la que se encuentra tal oficio. Términos como "policerdos" o corruptos, se escriben al lado de policía, llámese federal, estatal o municipal.
La Secretaría de Seguridad en el Estado ha lanzado la convocatoria para armarse de unos mil 500 elementos nuevos; entre el 24 y el 31 de enero, la Policía estatal recibirá las solicitudes de candidatos que deseen formar parte de sus filas.
Pero hay que insistir en la pregunta inicial, ¿quién, en su sano juicio, desea exponerse a las acciones del crimen organizado?
Una serie de requisitos, entre ellos la aprobación de exámenes toxicológico y psicométrico, se le piden a los que busquen aprovechar las vacantes, a cambio de un atractivo sueldo, sin determinar el monto, de acuerdo a la información que se ofrece en la página del Gobierno del Estado.
Una de las dolencias de las demarcaciones policiacas es, precisamente, la falta de una retribución digna para este tipo de empleados, ya que si no lo encuentran legalmente son candidatos idóneos para que el crimen organizado le llegue al precio, muy fácilmente.
Cárlos Jáuregui, titular de la Secretaría de Seguridad en el Estado, señaló a Milenio.com que por primera vez se aplicarán pruebas de confianza a los aspirantes a la Academia de Policía, medida que se precia justa y necesaria.
Los resultados se verán en cuanto egrese de ella una nueva generación de policías, que en realidad vele la seguridad de la ciudadanía.
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