¿A poco no es maravillosa la vida en Sevilla?
Ah, my dear, ah, Arón, disfruten lo que viven ahora. Abrazos.
¿Dónde rayos están Mariana y Aron?: La vida en un palacio andaluz: "Ironías de la vida: Después de 14 meses de viajar por el mundo, terminamos asentándonos por un tiempo en una ciudad donde hay un puente at..."
jueves, 21 de abril de 2011
martes, 1 de marzo de 2011
martes, 6 de abril de 2010
Balanchine en Monterrey
Sí, a través de la compañía del Ballet de Monterrey.
¿Por qué no?
Si este conjunto de danza clásica está a punto de cumplir 20 años, entonces, una manera de celebrar que ya han pasado la mayoría de edad y están en camino de convertirse en un maduro ensamble, entonces tener en su repertorio obras del ruso Balanchine significa que van con buenos pasos.
Aquí reproduzco partr del artículo que se publicó ya en la revista Danza, Pasión y Movimiento, de circulación nacional y que ahora su contenido, al menos, está disponible en internet.
¿Por qué no?
Si este conjunto de danza clásica está a punto de cumplir 20 años, entonces, una manera de celebrar que ya han pasado la mayoría de edad y están en camino de convertirse en un maduro ensamble, entonces tener en su repertorio obras del ruso Balanchine significa que van con buenos pasos.
Aquí reproduzco partr del artículo que se publicó ya en la revista Danza, Pasión y Movimiento, de circulación nacional y que ahora su contenido, al menos, está disponible en internet.
miércoles, 31 de marzo de 2010
Educar la mirada
Carmen Gómez Mont, investigadora de la comunicación es conocedora de cómo las nuevas tecnologías ofrecen renovadas formas de ver el mundo a través del arte, entre otras cosas.
Ahora tiene entre sus más recientes novedades los trabajos que resultan de la creatividad de personas que tienen en el teléfono celular la mejor herramienta para captar imágenes en movimiento, sí, video, para ofrecer su particular visión del mundo.
Gómez Mont vino a Monterrey, invitada por la Universidad Regiomontana para presentar una selección del Festival Pocket Films, un forum para mostrar los trabajos de aquellos creadores que nos invitan a educar la mirada para un nuevo cine.
Aquí está parte de su discurso.
Ahora tiene entre sus más recientes novedades los trabajos que resultan de la creatividad de personas que tienen en el teléfono celular la mejor herramienta para captar imágenes en movimiento, sí, video, para ofrecer su particular visión del mundo.
Gómez Mont vino a Monterrey, invitada por la Universidad Regiomontana para presentar una selección del Festival Pocket Films, un forum para mostrar los trabajos de aquellos creadores que nos invitan a educar la mirada para un nuevo cine.
Aquí está parte de su discurso.
jueves, 25 de marzo de 2010
"El show debe continuar"
No se le debe a Julieta Egurrola, actriz mexicana de teatro, cine y televisión, el haber acuñado esta frase tan célebre, pero sí se le reconoce que haya sido quien la refrendó la noche del miércoles 24 de marzo, al reflexionar que pese a la realidad de inseguridad en la que todos, actores o no actores, se ven envueltos en el México actual, hay que seguir la vida.
"Yo recuerdo anécdotas que uno lee en los libros sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial, los actores seguían haciendo teatro aún con los bombardeos encima. El show debe continuar", expresó ante algunos periodistas que la abordaron antes de participar en una sesión más del ciclo "Leo... luego existo".
"La cultura no se va a detener, al contrario, es una manera de contrarrestar todo esto. Y por cultura me refiero a todo lo que implica este acercarse al interior del ser humano, a este hacerlo reflexionar, a este hacerlo recapacitar y hasta divertirlo, pero también llevándolo a un enfrentamiento consigo y su realidad, a una catársis".
El acceso a la cultura, dijo, es derecho, una necesidad cerebral, en la que la persona no tiene que entender todo lo que observe, necesariamente.
De viva voz
Escucha los comentarios de la actriz Julieta Egurrola
"Yo recuerdo anécdotas que uno lee en los libros sobre la Primera y Segunda Guerra Mundial, los actores seguían haciendo teatro aún con los bombardeos encima. El show debe continuar", expresó ante algunos periodistas que la abordaron antes de participar en una sesión más del ciclo "Leo... luego existo".
"La cultura no se va a detener, al contrario, es una manera de contrarrestar todo esto. Y por cultura me refiero a todo lo que implica este acercarse al interior del ser humano, a este hacerlo reflexionar, a este hacerlo recapacitar y hasta divertirlo, pero también llevándolo a un enfrentamiento consigo y su realidad, a una catársis".
El acceso a la cultura, dijo, es derecho, una necesidad cerebral, en la que la persona no tiene que entender todo lo que observe, necesariamente.
De viva voz
Escucha los comentarios de la actriz Julieta Egurrola
miércoles, 17 de marzo de 2010
Fiesta que no acaba...
Y que se renueva cada vez.
Porque cada año es distinta desde 1991, cuando todo empezó.
Desde entonces, el Mitote Folklórico, como muestra de grupos de danza mexicana residentes en Nuevo León, así, bautizada con "k", ha desarrollado un mosaico en el que despliegan lo más nuevo aprendido en el salón de ensayos, aquella reposición de repertorios ya montados o bien algunas, las menos, innovaciones sobre cómo se danza algún baile en particular.
Acaba de pasar la edición 19 de este Mitote, y queda aún en el ambiente ese deseo de muchos de saber si las presentaciones de las más de 38 agrupaciones que participaron pudieron haber sido mejor, o al menos, diferentes.
El Mitote Folklórico se parece, en todo caso, a una Olimpiada del Folclor Mexicano.
Sin embargo, en esta actividad no condecoran a nadie con medallas de oro, plata o bronce a quienes hayan ejecutado a nivel de excelencia el Jarabe Tapatío, tampoco entran en competición por ver cuál grupo es el mejor en bailar sones huastecos.
Pero de que todos los ensambles buscan ofrecer lo mejor que saben hacer eso es un hecho. Que lo logren en escena, esa es otra historia.
Esta cita de folcloristas no se asemeja a ninguna otra, y es diferente a los concursos y competiciones de baile, grupales, por parejas o individuales, y en el 2011 cumplirá su vigésima edición, oportunidad para hacer un balance y mirar de qué forma se puede mejorar su organización, y obviamente, el producto para ofrecer a su público.
La pregunta entonces es, ¿qué se puede mejorar?
Rodolfo Múzquiz, coreógrafo e investigador coahuilense, fue invitado por el comité organizador del Mitote para observar de cerca el trabajo creativo de los grupos, hacer una evaluación general y emitir algún veredicto.
"El público agradecerá que no sea algo repetitivo, no quiere ver sólo Nuevo León, o no solamente Jalisco. Quiere ver un trabajo que incluya además investigación, un estudio etnográfico, y no sólo una secuencia de bailes.
"El Mitote debe continuar, porque aglutina a muchos factores sociales, es gratis ver lo que presentan al Aire Libre, y eso es muy bueno, porque invita al público para que entre a la Gran Sala, y eso llegará a crear educación. Los maestros del Mitote tienen que ponerse de acuerdo y dar importancia al aspecto teórico, porque el folclor es una ciencia y tendrá todavía un impulso mayor con el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Hay que hacer un esfuerzo mayor, todos", explicó Múzquiz.
Porque cada año es distinta desde 1991, cuando todo empezó.
Desde entonces, el Mitote Folklórico, como muestra de grupos de danza mexicana residentes en Nuevo León, así, bautizada con "k", ha desarrollado un mosaico en el que despliegan lo más nuevo aprendido en el salón de ensayos, aquella reposición de repertorios ya montados o bien algunas, las menos, innovaciones sobre cómo se danza algún baile en particular.
Acaba de pasar la edición 19 de este Mitote, y queda aún en el ambiente ese deseo de muchos de saber si las presentaciones de las más de 38 agrupaciones que participaron pudieron haber sido mejor, o al menos, diferentes.
El Mitote Folklórico se parece, en todo caso, a una Olimpiada del Folclor Mexicano.
Sin embargo, en esta actividad no condecoran a nadie con medallas de oro, plata o bronce a quienes hayan ejecutado a nivel de excelencia el Jarabe Tapatío, tampoco entran en competición por ver cuál grupo es el mejor en bailar sones huastecos.
Pero de que todos los ensambles buscan ofrecer lo mejor que saben hacer eso es un hecho. Que lo logren en escena, esa es otra historia.
Esta cita de folcloristas no se asemeja a ninguna otra, y es diferente a los concursos y competiciones de baile, grupales, por parejas o individuales, y en el 2011 cumplirá su vigésima edición, oportunidad para hacer un balance y mirar de qué forma se puede mejorar su organización, y obviamente, el producto para ofrecer a su público.
La pregunta entonces es, ¿qué se puede mejorar?
Rodolfo Múzquiz, coreógrafo e investigador coahuilense, fue invitado por el comité organizador del Mitote para observar de cerca el trabajo creativo de los grupos, hacer una evaluación general y emitir algún veredicto.
"El público agradecerá que no sea algo repetitivo, no quiere ver sólo Nuevo León, o no solamente Jalisco. Quiere ver un trabajo que incluya además investigación, un estudio etnográfico, y no sólo una secuencia de bailes.
"El Mitote debe continuar, porque aglutina a muchos factores sociales, es gratis ver lo que presentan al Aire Libre, y eso es muy bueno, porque invita al público para que entre a la Gran Sala, y eso llegará a crear educación. Los maestros del Mitote tienen que ponerse de acuerdo y dar importancia al aspecto teórico, porque el folclor es una ciencia y tendrá todavía un impulso mayor con el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Hay que hacer un esfuerzo mayor, todos", explicó Múzquiz.
En la Gran Sala del Teatro de la Ciudad se presentan los grupos de danza folclórica con una trayectoria mayor de dos años.
Foto: Cortesía Daniel Gil
domingo, 7 de febrero de 2010
Encuentro de talentos
El 10 de febrero se cumplirán cinco años del fallecimiento del dramaturgo estadounidense Arthur Miller, y la esencia de su obra, en la que a través de sus personajes desnuda a toda una sociedad, aún se respira en la actualidad con la puesta en escena de Todos Eran Mis Hijos.
Crítico con el estilo de vida de Estados Unidos, Miller expuso con sus creaciones el carácter de aquellos que viven el llamado "sueño americano", con todas sus fuerzas y debilidades; esa visión lo colocaría a él y su obra como un antiestadounidense y aliado comunista, lo que siempre negó.
Era de esperarse que el elenco de la obra, los magníficos actores Diana Bracho y Fernando Luján, grandes figuras de la actuación mexicana, llamaran la atención del público regiomontano y la respuesta fuera favorable para Ortiz de Pinedo Produciones que apostó a una puesta en escena de gran altura.
Esa noche se formó una larguísima cola de gente que se dejó atrapar por el cartel de talentos en el que también estuvo la guapa de las telenovelas Silvia Navarro; la aglomeración fue tal que hasta provocó un caos en estacionamiento público contiguo al teatro; algunos incautos dejaron sus coches en lugar prohibido.
La sorpresa fue que las casi dos horas de duración de la obra fue tiempo suficiente para que los agentes de Tránsito hicieran actuar las grúas y al día siguiente recaudar ingresos por multas al reglamento, todo por no perderse detalle de una buena obra de teatro que ha recaudado simpatías -hasta ahora tiene 326 fans en facebook- e infinidad de aplausos desde su estreno el 11 de noviembre del año pasado.
Curioso fue constatar que al público que casi llenó la Gran Sala del Teatro de la Ciudad le interesó el tema, muy americano, pero tan humano al mismo tiempo: el secreto de una familia casi perfecta que de tan bien guardado puede llegar a matar cuando menos se espera.
Curioso porque en la cartelera hay otras buenas opciones para ver buen teatro y no tienen la misma respuesta en taquilla, aunque en el reparto se encuentren actorazos de primera línea en escena.
Es que tanto Bracho como Luján son garantía de que en ellos podremos ver cómo encarnar a personajes tan fuertes, pero al mismo tiempo frágiles; sus capacidades histriónicas les permiten establecer una cercanía con el público de principio a fin, como sucede con "Todos Eran Mis Hijos".
Ella se transforma en Kate Keller, la esposa de Joe Keller, una mujer abnegada que sigue en espera del regreso de su hijo desaparecido, al que se le cree muerto; y él, en el duro patriarca de una familia cuya armonía es digna de servir de ejemplo al vecindario, pese a un oscuro pasado que conforme se desarrolla la puesta en escena se verá que no es tan de fiar como parece.
Al lado de ellos, Miguel Pizarro, otro actor de talla grande que hace del Dr. Jim Bayliss, uno de los vecinos que siempre colabora con los Keller hasta el grado de preferir callar sus pensamientos e ideas en torno a ese clan. También participa Osvaldo Benavides en el rol de George Deever, quien funge como catalizador de la trama y es el personaje capaz de desentrañar una historia turbia.
Con un eficaz juego de iluminación y sonido, la historia deja en suspenso a los espectadores que van atando cabos y prefieren aguantar no salir de la sala por casi dos horas hasta saber el desenlace de la puesta.
Al final, la enseñanza que deja la pieza queda en el aire para que los asistentes elijan si se quedan con ella o no, pero mientras se toma la decisión ya han gozado de un afortunado encuentro de talentos que es difícil hallar actualmente. Enhorabuena.
Crítico con el estilo de vida de Estados Unidos, Miller expuso con sus creaciones el carácter de aquellos que viven el llamado "sueño americano", con todas sus fuerzas y debilidades; esa visión lo colocaría a él y su obra como un antiestadounidense y aliado comunista, lo que siempre negó.
Era de esperarse que el elenco de la obra, los magníficos actores Diana Bracho y Fernando Luján, grandes figuras de la actuación mexicana, llamaran la atención del público regiomontano y la respuesta fuera favorable para Ortiz de Pinedo Produciones que apostó a una puesta en escena de gran altura.
Esa noche se formó una larguísima cola de gente que se dejó atrapar por el cartel de talentos en el que también estuvo la guapa de las telenovelas Silvia Navarro; la aglomeración fue tal que hasta provocó un caos en estacionamiento público contiguo al teatro; algunos incautos dejaron sus coches en lugar prohibido.
La sorpresa fue que las casi dos horas de duración de la obra fue tiempo suficiente para que los agentes de Tránsito hicieran actuar las grúas y al día siguiente recaudar ingresos por multas al reglamento, todo por no perderse detalle de una buena obra de teatro que ha recaudado simpatías -hasta ahora tiene 326 fans en facebook- e infinidad de aplausos desde su estreno el 11 de noviembre del año pasado.
Curioso fue constatar que al público que casi llenó la Gran Sala del Teatro de la Ciudad le interesó el tema, muy americano, pero tan humano al mismo tiempo: el secreto de una familia casi perfecta que de tan bien guardado puede llegar a matar cuando menos se espera.
Curioso porque en la cartelera hay otras buenas opciones para ver buen teatro y no tienen la misma respuesta en taquilla, aunque en el reparto se encuentren actorazos de primera línea en escena.
Es que tanto Bracho como Luján son garantía de que en ellos podremos ver cómo encarnar a personajes tan fuertes, pero al mismo tiempo frágiles; sus capacidades histriónicas les permiten establecer una cercanía con el público de principio a fin, como sucede con "Todos Eran Mis Hijos".
Ella se transforma en Kate Keller, la esposa de Joe Keller, una mujer abnegada que sigue en espera del regreso de su hijo desaparecido, al que se le cree muerto; y él, en el duro patriarca de una familia cuya armonía es digna de servir de ejemplo al vecindario, pese a un oscuro pasado que conforme se desarrolla la puesta en escena se verá que no es tan de fiar como parece.
Al lado de ellos, Miguel Pizarro, otro actor de talla grande que hace del Dr. Jim Bayliss, uno de los vecinos que siempre colabora con los Keller hasta el grado de preferir callar sus pensamientos e ideas en torno a ese clan. También participa Osvaldo Benavides en el rol de George Deever, quien funge como catalizador de la trama y es el personaje capaz de desentrañar una historia turbia.
Con un eficaz juego de iluminación y sonido, la historia deja en suspenso a los espectadores que van atando cabos y prefieren aguantar no salir de la sala por casi dos horas hasta saber el desenlace de la puesta.
Al final, la enseñanza que deja la pieza queda en el aire para que los asistentes elijan si se quedan con ella o no, pero mientras se toma la decisión ya han gozado de un afortunado encuentro de talentos que es difícil hallar actualmente. Enhorabuena.
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